domingo, 9 de septiembre de 2012

Querría vivir para siempre en el loop de la guitarra que sube las escaleras justo en el 2:18 de Creep de Stone Temple Pilots, o en el estanque de ínterim del fill del 3:17, o en un perpetuo comienzo de guitarra acústica como una mañana soleada (0:00), o bien en el eterno reposo loopeado del 0:20. Sería más doloroso vivir en la expectación constante del fill de bajo que no llega nunca en el primer verso. Lo mejor quizá sería caer un largo rato como el bajo del 2:15 al 2:18, para luego regresar a la guitarra que sube las escaleras imaginarias en el 2:18. La muerte es el fill de bajo que al fin llega en el 4:29 [EXITUS]. La batería luchando por cuadrarse al tiempo. Hay una clara ausencia entre el 3:09 y el 3:11, lo cual nos prepara para el estanque efímero que llega en el 3:17. Una muestra de la verdadera profundidad del mar que exploramos entre el 4:05 y el 4:22, instante de estar sumergido, «caído en el interior de sí mismo, reencontrado». Mi mano nada ahora entre los diques que va soltando la batería como queriendo acostumbrarse al ritmo de la marea. Tomemos otra vez aire para el break desde la profundidad del mar que llega nuevamente en el 4:05.

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